Margarita es una mujer que nació en una familia que lo tenía todo pero que, por malas relaciones familiares entre su padre y un primo perdieron su dinero cuando ella era niña.
Es una mujer de carácter, orgullosa y muy hermosa, pero no se ha dado cuenta que confunde la dignidad con la soberbia; su padre se ha encargado de infundir en ella un sentimiento de superioridad. Por eso, los muchachos que la pretenden en el pueblo se le hacen poca cosa, sabe que no es una mujer común y corriente y que merece algo mejor, a pesar de que la situación económica de su familia ha ido empeorando en los últimos años.
Su familia es muy conocida en San Gabriel, pero por su situación económica andan en boca de todo el pueblo; están rodeados de gente hipócrita que habla a sus espaldas y eso Margarita lo sabe muy bien. No confía en nadie pues siente que ese respeto que les tuvieron años atrás se perdió porque ya no tienen dinero ni posición.
En su lecho de muerte, su papá le hace jurar que hará todo por conseguir dinero y salir de la pobreza para que nadie le vuelva a hacer daño, así que su desespero por tener dinero es cada vez más fuerte.
Margarita es buena y, seguramente, si su padre no hubiera influido en su carácter y no la hubiera convencido que el dinero lo es todo en la vida, habría sido un mujer sencilla y resignada como su hermana Juliana; pero no, es soberbia, orgullosa y altanera, y no está dispuesta a seguir con una vida llena de privaciones. Es, entonces, cuando empieza a convertirse en una mujer más ambiciosa porque está harta de que la humillen por ser pobre, siente que su destino debe cambiar porque no puede aceptar esa realidad. Y, para ella su único pase a la felicidad es tener dinero porque significa una solución a sus problemas, poder y venganza contra aquellos que tanto la han lastimado por su condición económica.
Debe ser un duro golpe nacer con dinero y perderlo todo, pues te acostumbras a las comodidades y ser admirado por tener esa posi-ción, aunque eso muchas veces te traiga amistades que sólo te traten por interés; y si lo pierdes todo terminas inspirando lástima. Puedes acostumbrarte a no tener dinero y llevar una vida más sencilla pero, si eres orgullosa agachar la cabeza ante quienes te miran con compasión puede ser todo un tormento. Sin embargo, la realidad es que muchas veces ese tipo de circunstancias te abren los ojos al mundo y descubres que muchas personas sólo se acercan a ti por conveniencia; eso es lo que Margarita podía ver en las personas del pueblo y no dudaba en ponerlos en su lugar cuan-do estos la agredían verbalmente.
Margarita tiene dignidad y sabe que el amor es un sentimiento maravilloso pero, es fuerte y no cae en tentaciones aunque veces cree que ese sentimiento la hace ser egoísta porque el dinero sigue siendo para ella una prioridad en su vida. Sin embargo, está equivocada, ya que antes de pensar en su felicidad primero piensa en la de su familia; es una guerrera, una mujer muy fuerte y, ella lo sabe por eso su madre le confía sus más profundos miedos y tristezas.
Es muy buena hija pues carga con el sufrimiento de su madre; no desea que sus hermanos lo sepan ya que su hermano mayor es muy impulsivo y todo lo resuelve a golpes, sin olvidar que es muy machista; su hermana Juliana es ciega debido a una enfermedad que tuvo cuando era niña y, la cual no pudo tratarse por la falta de dinero, y el menor de todos, Luisito, es apenas un niño, entonces se arma de valor para apoyar y darle toda la fuerza a su madre.
Para Margarita el dinero abre todas las puertas pero, aún así no quiere el dinero para ella sola, solo quiere cumplir el juramento que le hizo a su padre y que su familia viva dignamente y ninguno vuelva a sufrir humillaciones. Es inteligente pero, pese a ser tan ambiciosa y no dejarse de nadie, cuando se trata del amor se convierte en una mujer débil e ingenua, porque es un ser soñador y sensible, y cree que el amor es puro y perfecto, aún así no se da cuenta que el verdadero está a la vuelta de la esquina.
Para fijarse en un hombre éste debe tener dinero o, al menos, es lo que ella misma quiere creer porque sólo quiere cumplir el último deseo de su padre; pero más que cumplir una promesa es una obsesión por que para ella la raíz de todos sus problemas es no tener dinero.
Su codicia crece cuando sufre una decepción amorosa en la que el dinero juega un papel importante y, aunque al principio se siente muerta y vacía por dentro, termina por aceptar las cosas y dejar de lamentarse.
Un millonario se enamora de ella y al conocer su carácter decide acercarse igual; él se convierte en su gran apoyo pues la ayuda a creer en sí misma, lo que desata ciertos rumores de romance pero, sólo existe una linda y sincera amistad hasta que éste muere.
Después de su pérdida Margarita continua con su vida, pues ha aprendido a valorarse más; su soberbia no hace parte ya de su personalidad, sólo quiere una vida tranquila pero, su orgullo aún pisoteado por el engaño la impulsa a casarse con el hombre que la ama desde que la vio por primera vez y a quien ella no ha tomado en serio.
Ella sabe que es un buen hombre y cree no amarlo pero, cuando decide abrir su corazón su ya esposo se deja llevar por ciertos chismes y, comienza a dudar de su integridad, pues aún cree que ella sigue siendo la mujer ambiciosa y soberbia que conoció tiempo atrás.
Ahora, la nueva Margarita que ha hecho a un lado la soberbia, ambición y orgullo está sufriendo en carne propia lo que su esposo sufrió cuando la conoció, los desplantes y desprecios de su parte la hacen sufrir pero, como es una mujer buena y noble decide ocultarlo a su familia y aparentar ser muy feliz.
Esa felicidad aparente la hace descubrir el verdadero amor y, por eso, intenta aclarar malos entendidos pero, todo tiene un límite y mientras su esposo no quiera escucharla tendrá que seguir aguantando sus desplantes. Sin embargo, ella no está dispuesta a aguantar más, su orgullo sigue latente y decide dejarlo y él, sin dudar, corre tras ella.
Y finalmente, es cuando el verdadero amor cambia a las personas: ambos dan su brazo a torcer y deciden amar-se. Su amor triunfa y, Margarita aprende que el amor es más fuerte que el orgullo y el dinero; pues los verdaderos sentimientos no tienen precio.